El periodo posterior a la independencia estuvo marcado por la inestabilidad
y desintegración social, geográfica y política. El sentido
idealista y nacionalista de la independencia no fue suficiente para
mantener la unidad, por lo que la consolidación del sistema político
dependió del desarrollo económico.
Este proceso se llevó a cabo
mediante luchas que fueron delineando los mercados nacionales y los
límites territoriales. Hubo que crear alianzas en torno a la producción
y circulación de mercancías para la exportación. Sin embargo, estas
oportunidades no se dieron al mismo tiempo en todos los países del
continente.
La economía de América se basó en la exportación de productos agrícolas
y mineros, y la importación de productos industriales europeos.
La economía crecía, pero era necesario invertir para mejorar la capacidad
exportadora. En vez de autofinanciarse, los grupos económicos
permitieron la inversión de capital extranjero mediante préstamos hechos
por el gobierno. Los estados poco a poco empiezan a acumular
deudas en el exterior.
La cantidad de préstamos no era igual a la capacidad de pago. Esta
situación afectaría la economía de muchos países de Latinoamérica
0 comentarios:
Publicar un comentario