El inicio de la Edad Contemporánea está determinado por dos
acontecimientos:
• La Revolución Francesa: el rey Luis XVI, en 1789, decidió convocar
a los Estados Generales, que eran una antigua institución en donde
se reunían las tres clases sociales de Francia. Para elegir a los
candidatos del pueblo se convocó a elecciones. Sin embargo, el Rey,
presionado por los nobles, disolvió los Estados Generales. Pero los
representantes del pueblo se reunieron y redactaron la Constitución.
Así quedó establecida la Asamblea Nacional Constituyente. Al
mismo tiempo, París vivía una serie de actos populares. El más
importante de estos fue la toma de la Bastilla el 14 de julio de ese
año. Algunos de los acuerdos a los que llegaron fueron: supresión
de los privilegios feudales; declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano y la venta de los bienes del clero. Luego de estos
acuerdos inició un nuevo gobierno de Monarquía Constitucional,
aunque los revolucionarios más radicales querían derrocar al Rey
para establecer una República.
• Revolución Industrial: se dio en Europa desde la mitad del siglo
XVIII hasta mediados del siglo XIX. Significó en el plano político,
económico y social la consolidación del capitalismo. Inglaterra
desempeñó un papel importante en este proceso. Esta revolución
marcó el triunfo de la fábrica sobre el taller artesanal. Hubo división
social del trabajo, transformaciones económicas y tecnológicas como
el uso de la máquina de vapor, el desarrollo de la metalurgia, de los
transportes marítimos y terrestres, etcétera.
lunes, 16 de marzo de 2020
La Edad Contemporánea
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