La relación que existe entre los accidentes de tránsito y el consumo
de alcohol y drogas es muy estrecha. Quien conduce un vehículo debe
tener presente en todo momento su seguridad y la del pasajero o pasajera.
La ley prohíbe conducir bajo los efectos de drogas o alcohol.
El Salvador tiene un elevado número de víctimas de accidentes viales;
está dentro de los países con más muertes por esta causa. Entre las
leyes que regulan el tránsito en nuestro país están: el Código Procesal
Penal que impone penalizaciones sobre los delitos, la Ley de Transporte
Terrestre Tránsito y Seguridad Vial, el Reglamento General de
Tránsito y Seguridad Vial.
El Reglamento de Tránsito ha sido diseñado para normar el comportamiento
de las conductoras y los conductores y los peatones, así como
la asignación de rutas de las calles, señalización, etcétera. Pero también
existen otras leyes que protegen a quienes transitan a pie o en vehículos
por las calles. Por ejemplo, según la Ley de Transporte Terrestre,
Tránsito y Seguridad Vial, la pena que se impone a los conductores y
las conductoras que no respeten las leyes será de prisión de seis meses a
dos años y privación del derecho a conducir vehículos de motor y ciclomotores
por tiempo superior a uno y hasta seis años.
La ley que sanciona la conducción temeraria es la reforma al Artículo
147-E del Código Procesal Penal. Está dirigido a castigar penalmente
a los infractores e infractoras. La multa por conducir de forma temeraria,
de uno a tres años de prisión y la inhabilitación para conducir por
el mismo periodo. Aquellos conductores y conductoras que aceptan su
falta cumplen un trabajo social. Quienen reinciden deben someterse a
programas de rehabilitación y asistir a charlas en alguna de las sedes de
Alcohólicos Anónimos o Clínicas como FUNDASALVA, en donde se
les explican los riesgos de conducir bajo efectos de drogas o alcohol.
...
Los efectos del alcohol son la reducción de la percepción, disminución
de la velocidad de reacción ante los estímulos, reducción en el campo
de visión, además provoca que el conductor no aprecie bien las distancias
y las velocidades de los demás vehículos y el propio.
Las drogas hacen que el conductor disminuya los reflejos y en general
todos los procesos mentales. Su uso afecta directamente el comportamiento,
el sistema nervioso y el sentido de la visión.
La conducción temeraria consiste en conducir un vehículo de forma
insensata; se pone en peligro la vida o la integridad de las personas que
viajan en él y la de los peatones. La temeridad es la forma más grave
de imprudencia. Este comportamiento hace que el conductor rompa
las leyes y normas básicas de tráfico.
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