La Ley General de Tránsito y Transporte Terrestre norma el transporte,
documentación, uso de las calles y respeto de las normas de conducir.
Nace con la iniciativa de proteger y prevenir accidentes de tránsito.
Contempla sanciones a las violaciones a este reglamento, que dependiendo
de la gravedad del hecho, pueden ir desde una amonestación,
una multa, hasta la cárcel. Algunas de las infracciones son consideradas
delitos, tal es el caso de la conducción temeraria. La ley es aplicada
por diversas instituciones del Estado como el Viceministerio de
Transporte y el Ministerio de Obras Públicas.
Asimismo, existen cuerpos de seguridad que garantizan y velan por la seguridad de las conductoras y los conductores, pero que al mismo tiempo sancionan a aquellas personas que han infringido la ley. Entre estos cuerpos se destaca la Policía Nacional Civil y su División de Transporte y Medicina Legal que junto al Viceministerio de Transporte efectúan análisis y pruebas de alcohol y drogas (antidoping) por medio de retenes a lo largo de carreteras, tanto dentro como fuera de las ciudades. También existen programas de divulgación con información disponible en folletos sobre accidentes de tránsito, con el objeto de brindar datos para contrarrestar este grave problema que afecta a las familias y a la sociedad en general. Los esfuerzos de estas instituciones en conjunto ayudan a la prevención y asistencia de accidentes, pero lo mejor es evitarlos cumpliendo la ley y siendo responsables del comportamiento y acciones en la calle.
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